Las clases altas también tienen derecho al hambre. Más aún cuando el verano se acerca y hay que bajar esos kilitos de más que les ha dejado un invierno de excesos. ¿Por qué sólo los pobres pueden disfrutar del hambre? Digamos basta. Que las cacerolas hablen.
Por supuesto!
ResponderEliminarhambre para todos!
faltaría más