Triste. Le doy de comer y me ataca con bajeza. ¿Quién? Nada menos que Samuel Gelblung, a quien no califico de polémico porque hoy estoy en un buen día. Lean, argentinos, lo que ha declarado este periodista de mi patrimonio, lean -e indígnense- con este durísimo ataque a quien esto escribe.
V.: Si hubiera estado al frente de Clarín en este contexto, ¿qué hubiera hecho?
Ch.G.: Es muy difícil porque es el día a día. Algunas cosas habría hecho igual, otras muy diferente. Yo creo que hay un exceso de querer buscar el pelo en la sopa. Eso hay que hacerlo sólo cuando se justifica. Hay cosas de Clarín que son de alto periodismo y otras que a mí no me gustan. En la pelea con el Gobierno, en algunas cosas hubiera sido más objetivo y en otras hubiera defendido con uñas y dientes la posición del Grupo. Creo que muchas veces Clarín sobreactúa la oposición. Yo no lo hubiera hecho.
V.: ¿Cuáles, por ejemplo?
Ch.G.: Por ejemplo, hace unos días salió una reproducción de un artículo del diario El Mundo, de España, donde decía que los argentinos comprábamos un producto en la góndola de un supermercado y que cuando llegabas a la caja ese producto valía diferente. Eso fue en la época de la hiperinflación, hoy no es la realidad. Yo no lo hubiera publicado, porque no es cierto. Creo que no lo deben haber leído y lo publicaron igual. Es un grave error.
V.: ¿Cuál es su posición frente a la nueva ley de medios y a la desinversión?
Ch.G.: El problema de la ley de medios es cuando se legisla para atrás. Creo que en esos artículos se equivocaron; hacia adelante, sí. No me gusta que un medio tenga todo en una ciudad, una radio, un canal de televisión, un canal de cable. Acá y en ninguna parte del mundo, pero acá ya se dio. Me parece que obligar a la desinversión es un error. Hacia adelante podés, pero legislar hacia atrás, no.
La embestida completa, aquí:
http://www.ambito.com/suplementos/viernes/noticia_suplemento.asp?ID=667438&Seccion=Secciones%20Especiales
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